domingo, 12 de diciembre de 2010

Qué es la brecha digital

La "brecha digital" (o digital divide en inglés) puede ser definida como la separación que existe entre las personas, comunidades, estados, países, etc. con respecto al acceso a las TIC y su uso. Las TIC incluyen las tecnologías de redes, telecomunicaciones e informática, (teléfono, televisión, radio, Internet, computadoras, etc.) que de manera directa o indirecta, influyen en nuestras actividades socioeconómicas, educativas y culturales.
A pesar de que la brecha digital es generalmente expresada en términos tecnológicos, su alcance es un reflejo de la condición socioeconómica, y en particular de limitaciones y falta de infraestructura de telecomunicaciones e informática. Otros autores definen a la brecha digital como analfabetismo digital, el cual consiste en la escasa habilidad o competencia de algunas personas para manejar las computadoras, el Internet y las tecnologías en general. Es decir, la brecha digital está relacionada a aspectos de acceso a los beneficios de la digitalización y también a las capacidades de una población o grupo social para utilizar las TIC de manera apropiada y que contribuya al desarrollo sustentable. En algunos casos se prefiere hablar del término inclusión digital para considerar los esfuerzos enfocados a reducir la brecha digital.
El tratar de mitigar las disparidades socioeconómicas con tan sólo enfocarse en los aspectos tecnológicos no ofrece soluciones inmediatas. Este enfoque ha creado el mito de que la implantación de infraestructura tecnológica es suficiente para proveer un desarrollo comunitario sustentable. La brecha digital es más bien el reflejo de una condición de desarrollo humano en donde los aspectos culturales y sociales trascienden a lo tecnológico. Esto no significa que la tecnología aplicada en la dimensión y entornos adecuados no contribuya al desarrollo. El potencial de la tecnología como vehículo hacia el bienestar social es real, pero el reto es armonizar la función de la tecnología de acuerdo con un desarrollo para fortalecer valores humanos con dignidad y honor. El énfasis en estos valores humanos asegura la sustentabilidad creando no sólo actitudes sino procesos de desarrollo comunitario con participación de la población en los aspectos clave y en la toma de decisiones.
El acceso y uso a las tecnologías de Información, conlleva tres procesos: el primero es que exista infraestructura de telecomunicaciones y redes (disponibilidad), el segundo, la accesibilidad a los servicios que ofrece la tecnología y la tercera es poseer habilidades y conocimientos para hacer un uso adecuado de la tecnología. Es decir, primeramente se requiere que exista disponibilidad en la comunidad de la infraestructura que pueda dar acceso a un servicio de telecomunicaciones (e.g. teléfono, Internet por DSL, Internet por Cable TV, etc.). En segundo lugar, si se tiene la infraestructura, se debe tener el sustento económico suficiente para contratar los servicios ofrecidos, y por último, si se tiene la infraestructura y la accesibilidad, se deberán tener las habilidades suficientes para utilizar dichos servicios. Por ejemplo, la habilidad de utilizar una computadora para navegar por Internet, leer el correo electrónico, generar contenidos con valor educativo o cultural, etc.



Cómo medir la brecha digital
Dado que la brecha digital no es un fenómeno meramente tecnológico, y está influenciada por múltiples factores, entre ellos los sociales, económicos, políticos, etc. es muy difícil su medición de una manera cuantitativa precisa. Anteriormente, previo a la era del Internet, cuando el servicio de telecomunicaciones predominante era la telefonía, la condición de un país o una región se media en términos de la densidad telefónica, también conocida como teledensidad, la cual es básicamente el número de subscriptores (abonados) de telefonía fija por cada cien habitantes. Por ejemplo, para un país en vías de desarrollo la teledensidad es inferior a 20. Es decir, por cada 100 habitantes hay 20 líneas telefónicas, o 2 de cada 10 habitantes poseen una línea de teléfono. En países desarrollados, la teledensidad supera el 80%. Es decir 8 de cada diez personas tiene una línea telefónica fija. Para medir la teledensidad sólo se consideran las líneas fijas, no las celulares o móviles. A la condición de teledensidad se le conoce también como la brecha analógica, que era una forma de medir la desigualdad tecnológica hace más de 20 años. En la actualidad dado el avance de las comunicaciones inalámbricas en el mundo, la penetración de esta tecnología se ha vuelto más significativa que la penetración de líneas fijas y el concepto de Convergencia Tecnológica, actualmente en expansión por todas partes del mundo, requerirá de una nueva definición de indicadores de penetración de las TIC.

RESUMEN ELABORADO POR: LEONARDO MUDARRA

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