Generalmente la brecha se ha referido a la diferencia entre ricos y pobres, aunque actualmente también se emplea para hacer diferenciar en otras variables socio demográficas, tales como: sexo, edad, escolaridad, raza y lugar de residencia. Igualmente su análisis se ha ampliado desde la adopción de Internet hasta el acceso y uso eficiente de las tecnologías de la información y las comunicaciones en general (TIC).
La importancia de estudiar la brecha digital radica en la relación lineal que se ha percibido entre tecnología y desarrollo. Es decir, a medida que un país tiene mayor acceso a la tecnología sus posibilidades de desarrollo lucen más favorables. En los años 60 y 70 se promovieron en Latinoamérica gran cantidad de programas nacionales con el apoyo de los organismos internacionales orientados a la transferencia tecnológica de los países desarrollados hacia los países pobres. Este discurso se generaliza posteriormente con la expansión de Internet.
Las diferencias verticales en la penetración de Internet en la región, evidencian la existencia de una brecha digital, la cual también se presenta a nivel de cada uno de los diferentes países. En el caso de Venezuela, por ejemplo, la penetración de Internet en la región capital supera el 35%, mientras que en la región sur del país es menor al 20%.
También debe decirse que la brecha digital es multidimensional, ya que no sólo se refiere a tener o no acceso, sino a saber usar dicha tecnología e incluso encontrar aplicaciones educativas y productivas. En este sentido, el análisis de la brecha digital debe contemplar tres enfoques y un esfuerzo de medición debe considerarlos.
1. Infraestructura: se refiere a la posibilidad o dificultad de disponer de computadoras conectadas a la red mundial.
2. Capacitación: capacidad o dificultad de usar estas tecnologías adecuadamente y no solamente con la posibilidad de disponer de computadoras (generalmente conocida como alfabetización digital).
3. Uso de los recursos: Posibilidad/limitación para utilizar los recursos disponibles en la red y aprovechar las nuevas oportunidades como el desarrollo de los negocios, la atención médica en línea, el teletrabajo, etc.
Conclusiones
1. La mayor brecha digital se identifica en el nivel educativo y no en los niveles socioeconómicos.
2. Este resultado se verifica al encontrar que los aspectos económicos son mencionados como razones para no usar Internet por sólo un 7%, mientras que el desconocimiento destaca en primer lugar con un 41%.
3. La brecha digital es multitecnología ya que no sólo se refiere al acceso a Internet. La mayor brecha se presenta en el acceso a la banda ancha, seguida del acceso a Internet en los hogares.
4. La brecha digital es multidimensional, encontrándose que el uso de Internet difiere entre los diversos grupos.
Lo importante de definir adecuadamente la brecha digital es poder medirla y llevar un seguimiento de su evolución de manera de desarrollar políticas para reducirla. Algunas ideas que queremos sugerir como base para la discusión y sin pretender de que sean tomadas como definitivas son las siguientes:
1. Promover políticas públicas que incentiven el desarrollo de las redes y estimulen la competencia (ejemplo: telecomunicaciones móviles).
2. Garantizar el acceso a las TIC en escuelas y organismos gubernamentales.
3. Profundizar los esfuerzos para el desarrollo del gobierno electrónico.
4. Desarrollar programas de capacitación en el uso de las TIC a través de los medios de comunicación del Estado.
5. Estimular el desarrollo de contenidos y aplicaciones locales, mediante el establecimiento de incentivos fiscales, etc.
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