por Leonardo gil
Así como en la interacción biológica donde individuos de diferentes especies se benefician y mejoran su aptitud biológica, la etnometodología e interaccionismo simbólico, dentro de un enfoque hermenéutico de investigación, ayuda a los estudios de la complejidad cotidiana de la vida del ser humano a dar un enfoque interpretativo de los posibles significados de esa vida en referencia.
Si tomamos como premisa que la observación de los datos o hechos y la interpretación (Hermenéutica) de su significado, es el método básico de toda ciencia, según el razonamiento lógico deductivo, sería inconcebible que una se obtenga en aislamiento de la otra, es por ello que la etnometodologia busca comprender la naturaleza y el proceso de la estructuración y construcción de las modalidades de la vida diaria de un grupo social. También se desarrollaron, a partir de esta base, otras variedades del construccionismo, del análisis del discurso y de diferentes ramas interpretativas, que, en el fondo, reciben gran parte de su ideología de la fenomenología de Husserl (1962) y Schutz (1964).
La etnometodología no se centra tanto en el qué de las realidades humanas cotidianas (qué se hace o deja de hacerse), sino en el cómo, es decir, en la modalidad de su ejecución, desenvolvimiento y realización, que puede ser en gran parte un proceso que se desarrolla bajo el umbral de la conciencia, una estructura subyacente que determina la realidad social (Holstein y Gubrium, 1994, 2000).
De aquí, que la etnometodología sostenga que en las ciencias sociales todo es interpretación y que “nada habla por sí mismo”; que todo investigador cualitativo se enfrenta a un montón de impresiones, documentos y notas de campo que lo desafían a buscarle el sentido o los sentidos que puedan tener. Este “buscarle el sentido” constituye un auténtico “arte de interpretación”.
De aquí, también, que este sentido pueda ser bastante diferente de acuerdo a la perspectiva étnica, de género, de cultura y demás aspectos identificatorios, tanto del grupo social estudiado como del investigador. Esto da pie a que se hable de una epistemología eurocéntrica, una epistemología afroasiática, una epistemología feminista, etc.; y, con ello, se fundamente lo que en la actualidad se considera una nueva sensibilidad postmodernista o postestructuralista.
El corazón de la etnometodología está en la interpretación de las poliédricas y polifacéticas caras que puede tener una realidad humana, ya sea individual, familiar, social o, en general, de cualquier grupo humano. Ya Aristóteles había dicho que el ser no se da nunca a nadie en su totalidad, sino sólo según ciertos aspectos y categorías (Metafísica, Libro iv). ¿Cuál o cuáles de esos aspectos o caras, que tiene una realidad concreta, deberé ver o percibir, y cuál o cuáles de las categorías, de que dispone mi mente como investigador, deberé aplicar? Aquí está la esencia de la investigación: en esta interpretación.
En simultaneidad a este método nos encontramos con el interaccionismo simbólico con una de las orientaciones metodológicas que comparten las ideas básicas del proceso hermenéutico, o interpretativo. Trata de comprender el proceso de asignación de símbolos con significado al lenguaje hablado o escrito y al comportamiento en la interacción social. Según Williams (1999), el interaccionismo simbólico se puede considerar como la escuela más influyente y exitosa de sociología interpretativa, si este éxito lo evaluamos por el volumen de trabajos empíricos publicados y por la integración de la teoría y el método.
La ideología fundamental del interaccionismo simbólico, tanto teorética como metodológica, fue estructurada por Herbert Blumer (1954, 1966, 1969) con su amplia influencia, a través de la docencia, en las universidades de Chicago y Berkeley.
En general, la reflexión de los interaccionistas simbólicos –como la de cualquier autor que considera la mente humana como una dotación cuya naturaleza es esencialmente hermenéutica (Heidegger, 1974)– define el análisis de la acción humana, de cualquier acción humana, como “una ciencia interpretativa en busca de significado, no como una ciencia experimental en busca de leyes” (Geertz, 1983, p. 5). Geertz llega incluso a decir que “el hombre es un animal suspendido en redes de significados que él mismo se ha tejido” (ibídem).
El Interaccionismo simbólico es una ciencia interpretativa, una teoría psicológica y social, que trata de representar y comprender el proceso de creación y asignación de significados al mundo de la realidad vivida, esto es, a la comprensión de actores particulares, en lugares particulares, en situaciones particulares y en tiempos particulares (Schwandt, 1994). Se da aquí una gran similitud con el significado que Weber y Dilthey dan al término Verstehen (comprensión).
Herbet Blumer establece los requerimientos de los métodos de investigación del IS en su publicación de 1966 (Williams, 1999, p. 133):
Desde el punto de vista metodológico o de investigación, el estudio de la acción debe hacerse desde la posición del actor. Puesto que la acción es elaborada por el actor con lo que él percibe, interpreta y juzga, uno tiene que ver la situación concreta como el actor la ve, percibir los objetos como el actor los percibe, averiguar sus significados en términos del significado que tienen para el actor y seguir la línea de conducta del actor como el actor la organiza: en una palabra, uno tiene que asumir el rol del actor y ver este mundo desde su punto de vista.
Blumer (1969, p. 12) puntualiza, además, que el IS se apoya en tres premisas básicas que constituyen su enfoque metodológico:
1. Los seres humanos actúan en relación con los objetos del mundo físico y de otros seres de su ambiente sobre la base de los significados que éstos tienen para ellos.
2. Estos significados se derivan o brotan de la interacción social (comunicación, entendida en sentido amplio) que se da en medio de los individuos. La comunicación es simbólica, ya que nos comunicamos por medio del lenguaje y otros símbolos; es más, al comunicarnos creamos o producimos símbolos significativos.
3. Estos significados se establecen y modifican por medio de un proceso interpretativo: “el actor selecciona, modera, suspende, reagrupa y transforma los significados a la luz de la situación en que se encuentra y la dirección de su acción…; los significados son usados y revisados como instrumentos para la guía y formación de la acción” (pp. 2, 5).
De estos tres presupuestos básicos, se desarrollan las formas definitivas metodológicas del IS como perspectiva, ya sea en relación al actor social y a la interacción, como en lo relacionado con la organización social.
La técnica metodológica fundamental del IS es la observación participativa, especialmente en el contexto y enfoque del “estudio de casos”, ya que sus procedimientos responden mejor, y gozan de un mayor nivel de adecuación, a sus requerimientos: las exigencias del modelo teórico y de explicación.
Blumer (1969) objeta aquellas metodologías en que “los participantes… en una organización social son meros medios del juego y expresión de las fuerzas o mecanismos del sistema mismo” (pp. 57-58), como sucedía en la orientación psicológica conductista. Por el contrario, el IS requiere que el investigador entre activamente en el mundo de las personas que está estudiando para “ver la situación como es vista por el actor, observando lo que el actor tiene en cuenta y observando cómo él interpreta lo que está teniendo en cuenta” (p. 56).
El proceso de la interpretación de los actores se vuelve inteligible no por la mera descripción de palabras y hechos, sino tomando aquella rica descripción como un punto de partida para formular una interpretación de lo que son realmente los actores (Schwandt, 1994).
Asumiendo los dos enfoques teóricos antes descritos donde el interaccionismo simbólico es una corriente sociológica que analiza la acción social a partir de lo significados que las personas les dan a cada cosas; y la etnometodología estudia como los individuos aplican sus percepciones y reglas culturales a su realidad cotidiana y también estudia las reglas que rigen las acciones de sentido común. Ambas se ocupan del modo en que las personas producen activamente y mantienen los significados de las situaciones. También se interesan por el modo en que las acciones de las personas constituyen las situaciones. A nivel general le dan importancia a la investigación cualitativa de los procesos sociales, contribuyendo a la reevaluación de la centralidad del lenguaje en la vida social
Referencias bibliográficas
Husserl, H., Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológíca, FCE, México, 1962
Schutz, A., Studies in social theory, Martinus Hijhoff, La Haya, 1964
Holstein, J.A. y Gubrium, J.F., Phenomenology, Ethnomethodology, and Interpretive Practice, en Denzin y Lincoln, 1994
Williams, R., Symbolic interactionism: the fusion of theory and research?, en Bryman y Burgess, 1999
Blumer, H., What is wrong with social theroy?, American Sociological Review, 19, 1954, 3-10
Heidegger, M., El ser y el tiempo, FCE, México,1974
Geertz, C., The interpretation of cultures: selected essays, Basic Books, Nueva York, 1983
Schwandt, T.A., Constructivist, interpretivist approaches to human inquiry, en Denzin y Lincoln, 1994.
Blumer, H., Social implications of the thought of G.M. Mead, American Journal of Sociology, 71, 1966
Blumer, H., Symbolic interactionism: Perspective and method, Prentice Hall, Nueva Jersey, 1969
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