Desde un punto de vista general encontramos que en el mundo cultural no abundan las iniciativas empresariales. En el mundo empresarial no abundan las iniciativas culturales, porque los negocios culturales son más difíciles que los otros, y porque la tradición de mecenazgo vino a menos. Nada tiene de extraño que escaseen los empresarios culturales.
Sin embargo en Venezuela está ocurriendo un fenómeno interesantes y es referida al estudio de las ciencias de los fogones, donde son muchos ya los cursantes y otros tantos más los egresados de varias instituciones que los certifican como “Cocineros Profesionales” y esto ha dado lugar a un mayor emprendimiento con nuevas visiones, con más paciencia, creatividad e ilusiones y esto da la razón por la cual la cultura gastronómica en Venezuela se está percibiendo en “crecimiento”, aunque aun existan misterios administrativos y falta de un poco de apoyo gubernamental para la permanecía en “Open” de los nuevos restaurantes.
Los empresarios actuales (cualquiera que sea su área de desempeño), y los nuevos emprendedores culinarios, podrían considerarse como una de las principales herramienta para la expansión de la identidad gastronómica de la nación, muy conveniente para el gobierno de turno, por lo que deberían contar con todo el apoyo de sus homólogos experimentados, y sobre todo de aquellos de otras ramas de la industria privada.
¿Qué pueden hacer los empresarios por la cultura en general? En primer lugar, darle tiempo en su vida personal y disfutar del placer de descubrirla. La experiencia demuestra que es posible, porque siempre ha habido empresarios que leen y frecuentan las artes, aunque no tengan grados (menos aún posgrados) universitarios y sin duda alguna todos comen diariamente y la mayoría lo hacen fuera de casa.
¿Qué pueden hacer los empresarios por la cultura en general? En primer lugar, darle tiempo en su vida personal y disfutar del placer de descubrirla. La experiencia demuestra que es posible, porque siempre ha habido empresarios que leen y frecuentan las artes, aunque no tengan grados (menos aún posgrados) universitarios y sin duda alguna todos comen diariamente y la mayoría lo hacen fuera de casa.
Lo importante de la cultura (a diferencia de la educación universitaria) no son las credenciales, sino el desarrollo personal a través de la experimentación del placer (entre otras). La vida sube de nivel usando más zonas de la inteligencia, mejorando el sentido crítico, afinando los ojos para ver y los oídos para escuchar, teniendo manos y cuerpos más hábiles, una conciencia más alerta de sí mismo y de la realidad, una mayor riqueza imaginativa y creadora, un mayor sentido de responsabilidad. Los libros y las artes enriquecen la vida personal y social, pueden imaginar entonces lo que ofrece un plato exquisito, una gran emotividad a través del paladar, mayor sensibilidad y conciencia de los sabores y olores que nos diferencian de las demás gastronomías.
También pueden facilitar lo mismo a su personal, sobre todo en las grandes empresas. Muchas han descubierto la importancia de que el lugar de trabajo tenga un sobrio sentido estético, no sea un lugar deprimente. Pero, además, entre las prestaciones que administran los departamentos de personal pudiera haber una biblioteca de libros, discos y DVD’s culturales para llevar a casa (y aprovechar el tiempo de camino), incrementando así la apreciación musical y visual. También pudieran negociar paquetes de boletos para funciones de música, teatro, danza, ópera, así como visitas guiadas a museos y lugares dignos de verse en la ciudad y sus alrededores, premiaciones a través de cenas o almuerzos en los restaurantes recientemente abiertos, contratación de servicios de catering especiales para reuniones y eventos, etc. Una buena alianza entre una empresa y el sector gastronómico podría ser conseguir descuentos a través de "ofertas corporativas" para cursos de cocina, barismo, catas de vinos, whiskys, cervezas, etc, donde estas prestaciones puedan extenderse a las familias de los trabajadores, y cuya administración no requiere más que una, dos o tres personas que contraten el outsourcing necesario.
Muchas grandes empresas gastan en relaciones públicas y publicidad institucional; no para vender sus productos, sino para tener una presencia bien vista por la sociedad. Patrocinar públicamente actividades culturales y secciones gastronómicas cabe perfectamente en ese renglón, y no sólo legitima a la empresa, sino a la cultura y a la gastronomía, como valiosas. Donde hay presupuesto (para relaciones públicas y publicidad institucional), también puede haber imaginación para el patrocinio de proyectos culturales y gastronómicos.
¿Qué haremos? ¿Nos unimos al equipo de los que difunden la identidad gastronómica de nuestro país?... Las herramientas para hacerlo son muchas… La voluntad ya debería salir a relucir.
Nota: El mecenazgo (Definición de Wikipedia) es el patrocinio financiero a artistas o científicos, a fin de permitirles desarrollar su obra sin exigir en contrapartida créditos monetarios inmediatos, aunque exigiendo esa remuneración en una forma más placentera para el mecenazgo. Otra acepción podría ser que se trata de un apoyo, bien sea monetario o en especie, que una organización presta para el desarrollo social, cultural y científico de la sociedad, así como para la preservación medioambiental del entorno en el que se ubica. Las acciones de mecenazgo ayudan a mejorar la reputación de las organizaciones que las realizan, llegando a convertirse en una acción de relaciones públicas. Se encargaban de proteger a los artistas y financiaba sus obras. El mecenazgo apareció en el renacimiento y aunque los artistas no recibían un pago por el trabajo inmediatamente, pero si que podían recibir comida y un lugar para vivir con el mecenas, o a veces algo de dinero.
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